lunes, 18 de abril de 2011

Ensayo Comunidades de Práctica segunda versión

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES


MAESTRÍA EN EDUCACIÓN. CURSO DE COMUNIDADES DE PRÁCTICA Y APRENDIZAJE.

ENSAYO EVALUATORIO. GUILLERMO RODRÍGUEZ RESTREPO.

Abril 18 de 2011.

¿Qué caracteriza, y qué bases sociológicas, pedagógicas y tecnológicas pueden conformar una Comunidad de Práctica?



En este ensayo pretendo plasmar mis comprensiones sobre las relaciones y fundamentos que existen entre lo sociológico, pedagógico y tecnológico que permiten que las comunidades de práctica sean una realidad. Para el desarrollo de este ensayo partiré de las teorías del aprendizaje que les dan sustento y de ahí pasaré a mostrar los aportes de diferentes autores que nos aportan en cada uno de los aspectos anteriormente mencionados, dejando claro de antemano que estos no son elementos aislados y que por el contrario están directamente relacionados los unos con los otros.

Antes de entrar en materia deseo aclarar que las comunidades de práctica no son nuevas, porque de hecho datan de tiempos muy antiguos con los cazadores, artesanos, escultores, pintores, quienes se reunían a compartir sus experiencias de manera informal para mejorar su práctica diaria. (Wenger et al, 2002). Sin embargo el término como tal, se origina a partir de los estudios que sobre las relaciones entre un maestro y un aprendiz se presentan, tal y como lo describen Lave y Wenger (1991) en su libro Situated Learning: Legitimate Peripheral Participation. Estos autores describieron el hecho que este tipo de aprendizaje no se daba solamente en la relación maestro aprendiz, sino entre aprendices de diferentes grados de experticia, todo esto en un contexto social, a través del compartir en comunidad. De allí el término “comunidades de práctica”. Wenger profundiza estos conceptos y así que en 1998 en su libro Communities of Practice: Learning, Meaning and Identity da un importante sustento teórico a las comunidades de práctica. Es de esta forma que este autor desarrolla su perspectiva conceptual sobre una teoría social del aprendizaje afirmando que no se trata de reemplazar otras teorías del aprendizaje ni siquiera de cambiar las actuales teorías fundamentadas en el aprendizaje en un contexto social, sino que es una visión sobre el tema, para lo cual el da cuatro premisas importantes:

1. Somos seres sociales

2. El conocimiento está relacionado con capacidad de saber o ser competentes con relación a actividades que son valoradas en la sociedad, ej. cantar, escribir poesías, crecer como un niño o niña, etc.

3. Saber implica la participación activa dentro de la sociedad en las actividades que ella considera son importantes.

4. El sentido, se refiere a nuestra habilidad de experimentar el mundo y la forma como nos relacionamos con él.

Ya de una manera más depurada en el libro Cultivating Communities of Practice (Wenger et al, 2002) se profundiza en el hecho de considerar al aprendizaje en un contexto social y a partir de estas premisas se desarrolla el modelo estructural de una comunidad de práctica que consta de tres componentes:



1. Dominio: Es la base compartida de conocimientos que permite un sentido común de identidad entre los miembros. Un buen dominio da legitimidad a la comunidad y valor a sus participantes, así como fuente de inspiración para contribuir y participar en ella.

2. Comunidad: Es lo que genera todo ese tejido social para el aprendizaje. Una comunidad fuerte fortalece las interacciones y las relaciones basadas en respeto y confianza mutuas.

3. Práctica: Es toda esa serie de ideas, herramientas, lenguaje y documentos que la comunidad comparte. Mientras que el dominio determina los temas alrededor de la cual se convoca la comunidad, la práctica es el conocimiento específico sobre la cual la comunidad se desarrolla y comparte.

Estos tres elementos se conjugan para conformar una verdadera comunidad de práctica, siendo ninguno más importante que el otro, aunque algunas comunidades tendrán énfasis o desearan fortalecer algún componente más que otro de acuerdo a sus necesidades o intereses específicos.

Toda esta teoría de las comunidades de práctica toma mucho más sentido cuando se empiezan a encontrar casos interesantes de su existencia e impacto al interior de las organizaciones, aún sin llamarse de esta forma, y es el caso que Wenger et al (2002) describen en la interesante experiencia de una empresa automotriz norteamericana en la década de los ochentas del siglo pasado, sumida en una grave crisis descubre que a través de reuniones informales de sus empleados se va construyendo conocimiento y de ahí se institucionalizan actividades para facilitar encuentros que permitiesen que sus participantes aprendieran unos de los otros encontrando respuesta a los problemas que como organización los afectaba. Todas esas experiencias compartidas permitieron entre todos sacar a su empresa adelante y por ende a ellos mismos. Obviamente este es uno de tantos ejemplos que en su libro Cultivating Communities of Practice se puede encontrar, la gran mayoría de ellos al interior de organizaciones, que han encontrado en las comunidades de práctica respuesta a cómo hacer evidente todo ese conocimiento que tienen los miembros de una organización para beneficio de cada uno de ellos y por ende para la organización.

Pero además de esos excelentes ejemplos que Wenger et al (2002) describen de beneficios de las comunidades de práctica al interior de organizaciones, ¿por qué es tan importante el potencial que tienen en el contexto social actual?

Para poder responder al menos en parte esta pregunta, deseo referirme a un excelente artículo de Barbero (2002) llamado La Crisis de las Profesiones en la Sociedad del Conocimiento. Para dar una idea de los argumentos de este autor deseo citar textualmente un párrafo de este artículo, que nos muestra lo que está sucediendo hoy día con el conocimiento:

… “lo que encontramos es una mutación en los modos de circulación del saber. Desde los monasterios medievales hasta las escuelas de hoy el saber, que fue siempre fuente de poder, ha conservado el doble carácter de ser a la vez centralizado territorialmente y asociado a determinados soportes y figuras sociales. De ahí que las transformaciones en los modos como circula el saber constituye una de las más profundas mutaciones que una sociedad puede sufrir.”

Este párrafo nos ejemplifica como tradicionalmente el conocimiento ha estado limitado a espacios, de manera centralizada, entendiéndolo como la educación en nuestras escuelas y universidades, y tomando como punto de referencia la presencia de una figura central que es el maestro. Esto ya no es así, y es de esta forma que en este mismo documento Barbero nos habla de dos fenómenos especialmente interesantes que son la deslocalización del conocimiento refiriéndose al hecho que este ya no se circunscribe a las aulas de clase. Esto tiene en mi opinión una trascendencia fundamental porque se está reconociendo que el conocimiento ya no es exclusividad del sistema educativo tradicional de escuela-universidad. ¡El conocimiento se liberó, ahora es libre y lo podemos encontrar en cualquier parte! El segundo fenómeno que Barbero describe es el descentramiento del conocimiento, el cual significa que este ya no está centrado en el libro, con todo lo que esto implica, el conocimiento ya no le es exclusivo. Esto implicará que se rompe el paradigma de la secuencialidad del aprendizaje, donde se lee el capítulo 1, después el 2 y así sucesivamente, y que para poder aprender hay que pasar necesariamente por una serie de cursos donde se determina qué y hasta donde se puede aprender. Estos dos fenómenos juntos hacen que ahora reconozcamos que el conocimiento puede estar en cualquier parte, y que lo podemos obtener en la forma y secuencia que necesitemos. Este tipo de secuencialidad ha estado precisamente relacionada con lo que se ha llamado aprendizaje formal, que es aquel que se obtiene del sistema educativo tradicional, en las aulas de clase, fundamentado en la enseñanza más que en el aprendizaje y que se asocia a una evaluación al final de cada curso. Este aprendizaje es en el que la sociedad se ha fundamentado para transmitir sus valores, saberes y destrezas y por ende cuenta con un alto reconocimiento social. En contraste, el aprendizaje no formal utiliza otros lenguajes y medios, no tiene la rigidez de la secuencialidad, y especialmente tiene unos objetivos y metas claras. Este se puede dar en cualquier momento y lugar. (Orozco, 2004).

Es por todo conocido el hecho que hasta hace unas décadas la persona estudiaba una profesión, entraba a una empresa, realizaba las mismas tareas durante muchos años y su meta era pensionarse en ella. La producción de conocimiento era lenta, lo que nos proporcionaba la educación tradicional nos era suficiente para subsistir en el mundo laboral. Esto ya no es cierto. La gran producción de conocimiento sumado al hecho de que ahora lo tenemos fácilmente disponible a través de diversos medios entre ellos la internet, ha hecho que lo que antes nos era suficiente, es decir, la educación formal, ya no lo sea más. Es claro que las comunidades de práctica se enfocan en el aprendizaje no formal, ese que no tiene la intermediación de las aulas de clase, aclarando que esto no implica que los conocimientos que se comparten en ellas no sean rigurosos, de hecho lo pueden ser aún más y son inclusive más auténticos porque parten de las experiencias, necesidades y problemas que se viven día a día. Las CdP encuentran aquí un nicho interesante. A lo anterior, y para dar aún más peso a lo anteriormente mencionado, se habla de que hoy en día hasta el 80% de lo que se aprende es aprendizaje no formal o informal, y el 20% es aprendizaje formal (Cross, 2003). Esta estadística implica que la necesidad de aprender de manera permanente es hoy día mucho más apremiante que lo que era hace varias décadas. Para todos los que nos hemos graduado de nuestras profesiones hace algunos años, es una realidad que la mayor parte de lo que aprendimos en ese momento es hoy conocimiento obsoleto. Hemos venido descubriendo que dado que es prácticamente imposible tener todo el conocimiento para estar actualizados, se vuelve hoy día fundamental aprender a buscar la información que requerimos, ya sea que esté en internet, en alguna base de datos o en alguna fuente humana conocida o no. De allí viene la afirmación de que el conocimiento es poder, afirmación basada en el hecho que es más importante saber como obtener la información y conocimiento que necesitamos que la información y conocimiento que tengamos en determinado momento. De hecho Castells (2004) en un documento llamado why network matter hace importantes apreciaciones de porqué y a pesar de que las redes son la forma fundamental en que la vida se organiza, es hasta ahora que parecer ser muy evidente que las redes trascienden a toda la estructura social, y la razón es porque la microelectrónica y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación lo han hecho posible. Lo anterior ha traído como consecuencia que estas redes penetren de manera definitiva todos los dominios de la vida social, de tal manera que podemos afirmar que actualmente vivimos en una sociedad de redes más allá de una sociedad del conocimiento o de la información. En esta misma línea de ideas nos podemos referir a la teoría de redes sociales que por cierto no es reciente, porque data de hace más de un siglo, antes de la explosión tecnológica actual. De manera sencilla podemos explicar que esta consiste en comprender las relaciones considerando cada persona, organización o idea como un nodo, el cual se relaciona a su vez con otros nodos a través de lazos o conexiones, los cuales pueden ser fuertes, refiriéndonos a los nodos que se encuentran más cerca y los débiles refiriéndonos a relaciones que se generan con nodos que se encuentran distantes, más no son menos importantes (Siemens, 2005). Todos podríamos suponer que los lazos fuertes son más importantes que los lazos débiles, entendiendo que precisamente por tratarse de conexiones entre nodos cercanos nos pueden influenciar mucho más que esos nodos que nos están distantes, dado que precisamente con ellos compartimos la mayor parte del tiempo y de cierta manera nos hacen sentir parte de la sociedad, nos dan identidad. Pero, sin quitarle importancia a los lazos fuertes, deseo referirme a una teoría que reconoce el valor de los lazos débiles. Esta teoría de Granovetter (1983) llamada la fortaleza de los lazos débiles nos habla de la importancia que tienen esos lazos con nodos que nos son distantes, y es porque permiten ingresar nuevas ideas a nuestra propia red, de tal manera que enriquecemos lo que pensamos y obtenemos opiniones distintas a las nuestras.

¿Pero todos estos conceptos revisados hasta ahora cómo se relacionan con las comunidades de práctica? Podría responder que las conexiones que encuentro son muchas. Las comunidades de práctica están orientadas hacia el aprendizaje no formal, ese 80% de lo que aprendemos y es porque el sentido de compartir experiencias con otros no va orientado a aprendizajes formales, sino a aquellos de la vida diaria, los que fortalecen nuestra práctica, se originan en necesidades e intereses auténticos. Las CdP aprovechan el hecho de que el conocimiento está descentrado y deslocalizado. Esta es una gran fortaleza que tienen, porque precisamente se trata de compartir conocimientos en cualquier momento y lugar. En las CdP se parte de que podemos aprender entre todos, donde a pesar de que los expertos existen y son importantes, se reconoce el valor de lo que podemos aprender de personas con diferentes grados de experticia. Pero, las CdP además toman gran sustento si entendemos su relación con las teorías de redes sociales porque precisamente estas se conforman inicialmente a través de nuestros lazos fuertes, aquellos con los que compartimos dominio en nuestra práctica diaria, pero se enriquece cuando llegan a la comunidad nuevas personas, con nuevas ideas, que en este caso serían los lazos débiles.

Deseo pasar ahora a otro punto y es valorar como las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han cambiado la forma como nos relacionamos, ha permeado todos los aspectos de nuestras vidas y no sería de extrañar que consideráramos que haya de cierta manera cambiado la forma como aprendemos. En este sentido e intentando dar respuesta a esa revolución de la tecnología y reconociendo que hoy día es más importante saber donde encontrar la información que tenerla en cierto momento, reconociendo además que el conocimiento ya no está solamente en nosotros como individuos sino también en elementos tecnológicos y en todos los miembros de una organización. Con esta realidad e intentando darle respuesta al reto que esto nos plantea algunos autores como George Siemens han considerado una nueva teoría del aprendizaje: el conectivismo, que como su mismo nombre lo indica nos da la idea de que aprendemos aprovechando no solamente el conocimiento propio sino todo aquel que podemos encontrar por medio de las conexiones que seamos capaces de estructurar.

Antes de explicar esta teoría debemos entender su origen y porque autores como George Siemens han considerado que lo que existe hasta ahora no llena las expectativas de la realidad de la gigantesca influencia que las nuevas tecnologías de la información y comunicación han producido en nosotros de manera individual y en toda la sociedad.

Las grandes teorías del aprendizaje entre ellas el constructivismo o el cognitivismo consideran que el aprendizaje se da al interior de cada persona, independiente de si se da en un contexto social o no. Según George Siemens (2005) autor de esta nueva teoría del aprendizaje estas teorías se quedan cortas al no poder explicar el conocimiento que se produce dentro de las organizaciones. Esta teoría se fundamenta en la teoría de redes ya explicada arriba y en la Teoría del Caos, que como ciencia reconoce la “conexión de todo con todo” (Gleick, 1987 citado en Siemens, 2005), o como se describe en ScienceWeek (2004) citado en Siemens (2005) que según la definición de Nigel Calder El Caos es una “forma críptica de orden”, donde hay una completa ruptura de la predictibilidad. Según este documento a diferencia del constructivismo donde las personas buscan el “sentido” de las cosas mediante la resolución de tareas, según la Teoría del Caos se considera que el sentido “existe”, pero donde el individuo debe encontrar los “patrones” que pueden estar escondidos.

Ya habiendo analizado los antecedentes de esta teoría paso a mencionar los más importantes principios del conectivismo (Siemens, 2005):

a. El aprendizaje y conocimiento se fundamenta en la diversidad de opiniones.

b. El aprendizaje se logra mediante la adecuada conexión con nodos especializados.

c. El aprendizaje puede residir en elementos no humanos.

d. La capacidad de saber encontrar el conocimiento es más importante que lo que se sabe

e. Es fundamental la habilidad para encontrar conexiones entre ideas y conceptos

f. La toma de decisiones es un proceso de aprendizaje por si mismo

Esta teoría del aprendizaje de Siemens, la podemos conectar con las actividades que esperamos encontrar en una comunidad de práctica sana, dado que precisamente en una CdP se valora la diversidad de opiniones de los diferentes miembros de la comunidad para generar nuevo conocimiento, se valora la interacción que puede existir entre diferentes tipos de nodos, que a su vez lo podemos conectar directamente con la teoría de redes sociales mencionada anteriormente que nos habla de los lazos débiles y fuertes. En una CdP debemos desarrollar la habilidad de reconocer el conocimiento que se puede encontrar en todos sus miembros y de aprender en la negociación que se da cuando nos abrimos a opiniones e ideas diferentes a las nuestras.

Las comunidades de práctica pueden estar alojadas al interior de una organización en una misma localización física que es lo que Wenger et al (2002) llaman comunidades face to face, donde las interacciones se dan de manera estricta, aunque también pueden ser mixtas o blended donde la interacción es una combinación de presencial y no, es decir a distancia. Las comunidades face to face no tienen grandes tecnológicas para comunicarse, posiblemente les sea suficiente un correo electrónico o un teléfono, pero ¿que sucede cuando los miembros de una comunidad están en diferentes sitios, países, inclusive continentes, con diferentes husos horarios?, en esta situación las TIC juegan un papel fundamental de hacer posible y potenciar esas interacciones que de otra manera no serían posibles, ese es su gran aporte, y es lo que desarrollaré a continuación.





Al hablar de bases tecnológicas podemos erróneamente pensar que la tecnología es fundamental para el desarrollo de una comunidad de práctica, sin embargo es importante aclarar que estas son mucho más antiguas que la disponibilidad de la alta tecnología de comunicaciones que tenemos actualmente. Lo que han hecho de manera contundente las TIC es potenciar el desarrollo de las comunidades “face to face” y hacer posible la existencia de las comunidades virtuales o distribuidas. Las TIC han permitido romper las barreras de espacio y tiempo en las comunicaciones. Hoy en día podemos comunicarnos con personas a grandes distancias ya sea de manera sincrónica o asincrónica. Las TIC nos permiten de manera rápida, casi que en tiempo real compartir cualquier tipo de información con otros. Ahora, también aclaro que una excelente tecnología por sí sola no hace comunidad, se necesitan todos los otros elementos.

Cuando revisamos documentos como “Tecnnology for Communities” de Wenger et al (2005) o “Criterios de Evaluación de Herramientas de Apoyo a Comunidades Virtuales” de Leal & Fonseca (2005) podemos ver que tenemos gran cantidad de recursos disponibles desde las más sencillas como el correo electrónico, pasando por chat, video conferencias, podcast, blogs, foros, etc., además de la gran cantidad de herramientas y software disponible en la web 2.0 para manejo de documentos, memorias virtuales, comunicación por internet, aplicaciones para cursos en línea o para redes sociales. Tenemos todo esto a disposición. Lo que me ha quedado de todo esto es que más que ser experto en el uso de todas estas herramientas lo importante es saber qué es lo que la comunidad necesita y cuál es la herramienta que nos puede servir en cada caso. No creo se trate de “atiborrar” a la comunidad con muchas herramientas, que incluso pueden ser intimidantes y alejarlos de la participación. Creo que se trata de ir diseñando herramientas que puedan evolucionar al tiempo con la comunidad.

Reflexiones Finales

He valorado en este ensayo aspectos sociológicos, pedagógicos y tecnológicos para abordar el fenómeno de las comunidades de práctica, donde todos ellos se conjugan para que las CdP sean posibles, sin embargo posiblemente hay otros factores que pueden también ser determinantes en una comunidad de práctica, como son factores socioculturales que expliquen las posibles diferencias en interacción entre comunidades latinoamericanas o europeas o norteamericanas, factores económicos que como hemos visto durante las clases y en las charlas con Jhon Smith o Alvaro Galvis pueden ser determinantes en el funcionamiento de una comunidad. Otro elemento que valdría la pena profundizar son las diferencias que existen cuando una comunidad forma parte de una organización y tiene el apoyo de esta, comparándolas con aquellas comunidades que no forman parte de ellas y se dan por el exclusivo interés de compartir conocimientos con otros. Todo lo que he desarrollado en este ensayo me servirá como punto de inicio para plantear mi proyecto de tesis de la maestría, dado que este análisis me ha dado algunas luces, aunque también he de reconocer me ha generado grandes inquietudes.















REFERENCIAS

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Castells, M., (2004). Power does not reside in institutions, not even the state or large corporations. It is located in the networks that structure society. Extraído el 02 de Abril de 2011 de http://www.demos.co.uk/files/networklogic.pdf





Cross, J. (2003) Informal Learning, the other 80% extraído el 06 de marzo de 2011 de http://www.internettime.com/Learning/The%20Other%2080%25.htm

Díaz Barriga, F. (2003) Cognición situada y estrategias para el aprendizaje significativo. Revista Electrónica de Investigación Educativa. 5 (2)

Gleick, J. (1987) Chaos: The Making of a New Science, New York, Penguin Books.

Galvis, A., Leal, D. (2005) Criterios de evaluación de herramientas de apoyo a comunidades virtuales en

http://biblioteca2.ucn.edu.co/rdocumentos/Biblioteca/Documentos/especializaciones/PedagogiaVirtualidad/Reflexiones-innovaciones-pedagogicas/Unidad2/documentos/COMUNIDADES-VIRTUALES.pdf



Granovetter, M. (1983) The Strength of Weak Ties: A Network Theory Revisited. Sociological Theory, V 1, p 201-233

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Orozco, G. (2004) De la Enseñanza al Aprendizaje: Desordenamientos Educativo-Comunicativos en los tiempos, escenarios y procesos de conocimiento. Revista Nómadas. 18, 120-127

ScienceWeek (2004) Mathematics: Catastrophe Theory, Strange Attractors, Chaos. Recuperado el 10 de Diciembre de 2004 de http://scienceweek.com/2003/sc031226-2.htm



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