miércoles, 8 de septiembre de 2010

APRENDIZAJE NO INSTITUCIONAL EN MI PRACTICA COMO MEDICO

EL APRENDIZAJE NO INSTITUCIONAL EN MI PRÁCTICA PROFESIONAL COMO MEDICO




Cuando nos colocaron la tarea de hacer un ensayo relacionado con los aprendizajes no institucionales me pareció un reto interesante. Sentía que debía partir de poder describir o tal vez hacer sentir a los lectores como es un día de trabajo como médico para mí y a partir de ese contexto ir desarrollando las inquietudes que se nos plantean. Finalmente intentaré hacer unas conclusiones personales a manera de reflexiones que me puedan servir en un futuro para seguir cuestionándome lo que hago cada día.

A modo de no parecer muy formal y para que cualquier persona pueda entender como es el contexto de mi actividad laboral y como se desarrolla. Lo primero que debo decir es que no es tan divertido o tan dramático como aparece en las novelas o series de TV pero eso sí, muy interesante, variado y lleno de situaciones complejas, sin alejarse de los dramas humanos con los que debemos convivir día a día. Por eso deseo describir un día “normal” para mí para que mis lectores puedan comprender la forma como desarrollaré mis ideas en este ensayo.

Para contextualizar a mis lectores, debo contarles que trabajo en varios sitios (como todo médico dicen algunos), la mayoría de ellos son hospitales de III nivel, es decir de alta complejidad. Soy especialista en Ortopedia, es decir debo atender todo lo relacionado con fracturas, luxaciones y cosas parecidas, pasando por los lumbagos, túneles del carpo y mucho más. Un día promedio inicio mis actividades hacia las 6:30 am y dependiendo de las actividades que deba desarrollar, puedo empezar por urgencias donde allí me encontraré con pacientes heridos, fracturados, embriagados algunos, otros no. Tristemente jóvenes la mayoría, en plena edad productiva o ancianos que se han fracturado por efecto de la “osteoporosis”. Muchos llegan de la ciudad, otros de poblaciones muy distantes, a veces de días de recorrido. Todos tienen una situación diferente, frecuentemente afectados por la muerte de familiares en los accidentes. Otras víctimas de la violencia de nuestro país. Todos ellos desean ser atendidos con prontitud porque lo de ellos “es muy grave”. Con este panorama debo entonces empezar a organizar las cosas iniciando por los pacientes mas graves, preguntándoles lo que les pasó, examinándolos completamente; hombres y mujeres sienten que pierden toda privacidad, por cierto las salas de urgencias son el sitio menos indicado para tenerla.

Ya con la entrevista y el examen físico, tengo ideas en la cabeza de los posibles diagnósticos y posibles tratamientos. Reviso entonces todos los “exámenes del paciente”, llámese a esto los laboratorios, radiografías, tomografías y otros más. Con toda esta información recolectada debo entonces tomar decisiones: inmovilizar, dar de alta, programar para cirugía, hospitalizar, etc. Esto que ha parecido muy pausado a veces se debe hacer en solo minutos porque la vida del paciente está en riesgo. No nos las sabemos todas, frecuentemente tomamos decisiones en conjunto con otros colegas, presentamos a los pacientes en una junta médica.



De esta forma aprovechamos los “casos interesantes”, para no solamente dar la mejor respuesta al problema del paciente sino también para aprender todos de ese caso difícil o poco frecuente. Lo que hasta ahora he descrito es en urgencias. Cuando se está en cirugía es a otro precio. Ahora estamos solos ante el paciente, es nuestra entera responsabilidad hacer lo mejor. Ha habido una planeación previa para minimizar los riesgos y las dificultades del procedimiento, pero en esto no es como una partitura donde cada nota se toca siempre de la misma manera. Frecuentemente tenemos que salirnos de lo planeado y es cuando se necesita una alta dosis de ingenio, recursividad y toma de decisiones. Cada caso es diferente, algunos muy fáciles por la experiencia, otros muy difíciles aun con la mejor experiencia. De cada situación complicada se aprende, se retroalimenta. En ese transcurrir del día a día se generan dudas, cosas por resolver, procedimientos que debemos reestrenar o aprender. Las técnicas, los implementos médicos y los pacientes cambian cada día. Como trabajo en hospitales universitarios, es decir donde se están formando futuros médicos o especialistas, estoy inmerso en un “ambiente académico” por así decirlo, porque es académico en el sentido estricto de la palabra porque de ese entrenamiento que ellos reciban obtendrán un diploma avalado por una universidad que les permite ejercer como médicos generales o como especialistas. Sin embargo este aprendizaje se da en un contexto lo más alejado de un salón de clases o un “aprendizaje tradicional”. De este diario vivir es de donde se alimentan las necesidades de aprendizaje que tengo, y es a partir de este riqueza de incertidumbres a partir del cual desarrollaré el ensayo teniendo en cuenta las preguntas orientadoras que nuestros docentes nos han propuesto.

El primer cuestionamiento que se nos hace tiene relación con la forma en la que se dan los aprendizajes no institucionales en mi campo profesional. Parto del concepto de lo que la literatura describe como aprendizaje no formal. Orozco (2002) describe este aprendizaje como aquel que no se rige por cánones académicos estrictos, al tiempo que no se produce en tiempos determinados, se produce a través de diferentes medios y lenguajes, privilegiando los audio visuales, tiene una organización estructurada, tiene metas y objetivos específicos, al tiempo que produce verdadero aprendizaje por parte del sujeto. Con estos conceptos podría decir que mis aprendizajes no formales cumplirían con muchas de las características que Orozco describe, para lo cual explicaré cuales son los espacios en los cuales se produce mi aprendizaje no formal:

1. Junta Médica: Es la presentación ante un grupo de médicos del caso de un paciente basados en la historia clínica, los exámenes, los posibles diagnósticos y tratamientos. Se intenta llegar a un consenso sobre lo que más le conviene al paciente. Se trata de un momento de decisiones y es interesante en la medida en que cada uno habla de su experiencia personal, pero contrastándolo con lo que dice la literatura. Esto es un acto médico formal y tiene implicaciones médico legales. Queda un documento por escrito firmado por los participantes.

2. Conversaciones informales con otros colegas: Es como una junta médica en miniatura, se trata de comentarle el caso a un par de igual o mayor experiencia que uno para que le ayude a tener otra visión del manejo de determinado caso y tomar la mejor decisión. Este intercambio se puede realizar con colegas de la misma especialidad o de otras que también tengan relación con el paciente. No queda un documento escrito, pero frecuentemente es más valioso que cualquier otro porque resuelve una situación puntual.

3. Conferencias magistrales y congresos: Como su nombre lo indica, son simplemente conferencias, algunas excelentes, otras no tanto. Curiosamente es el espacio donde menos se aprende, pero el al que se le da más valor por parte de las sociedades médica. Uno obtiene una certificación, y eso da puntos para la certificación médica, se pueden colocar en las hojas de vida.

4. La práctica diaria: Es un espacio de aprendizaje fundamental, es lo que nos da la experiencia, se trata de aprender de nuestros errores y aciertos. Nos permite valorar nuestras fortalezas y falencias. De allí surgen posiblemente las principales motivaciones para el aprendizaje no formal o formal también.

5. Cursos teórico prácticos: Son quizás, la mejor herramienta que tenemos los médicos y más en el ámbito quirúrgico para mejorar nuestras destrezas. Los hay con especímenes en cadáver o en simuladores de cuerpos u órganos humanos.

6. Búsquedas bibliográficas sistemáticas: Su nombre las explica. Aprovechamos el recurso de las bases de datos médicas para tratar de buscar la mejor información disponible con los mayores criterios de validez científica. Nos sirve para tomar decisiones basadas en la mejor evidencia clínica disponible. Son extremadamente útiles para profundizar en un tema, y son la base para nuestros estudios científicos.

De todos estos momentos o espacios de aprendizaje podría decir que con la excepción de las conferencias magistrales y los congresos, que son un conjunto de ellas, todos son aprendizajes no formales. De hecho puedo afirmar que más del 90% de mis aprendizajes son no formales, y son los más importantes, porque aunque no tengan un reconocimiento académico estricto si me permiten mejorar mi quehacer diario y me permite crecer y mejorar mis falencias.

No se puede hablar de aprendizajes sin hablar un poco de los que aprenden y para que lo aprenden. A los que aprenden los llamaré sujetos del aprendizaje, donde están estudiantes de medicina, residentes (estudiantes de especialidad) y los especialistas (que ungimos como docentes). Los roles si están claramente diferenciados, y forma parte de la estructura de la enseñanza tradicional que todos conocemos. A pesar de esa estructura jerárquica que es la medicina, todos los sujetos aprenden, posiblemente unos más que otros, cada uno con diferentes motivaciones y necesidades. Los estudiantes aprenden de la experiencia y conocimiento de los docentes, pero al mismo tiempo los docentes aprendemos de los estudiantes, porque ellos suelen tener una visión más clara, menos contaminada por nuestra subjetividad, nos cuestionan cosas, nos preguntan. Tienen la ventaja del conocimiento fresco, del artículo leído el día anterior. Recordemos que a ellos si se les evalúa su participación en las diferentes actividades académicas. Posiblemente la visión que ellos tienen de estas actividades “no formales” sea para ellos actividades “muy formales”.

Estos aprendizajes dados en las situaciones mencionadas considero son ejemplos de un verdadero aprendizaje colaborativo en concordancia con las teorías del constructivismo (Driscoll, 2000, p. 376 citado en Siemens, 2004). Y considero que se trata de un tipo de aprendizaje colaborativo porque aunque los roles están claramente definidos, los docentes jugamos un rol más de guías que de transmisores del conocimiento. Se trabaja en grupos pequeños, los contextos de aprendizajes son ricos, los que aprenden son diversos, el aprendizaje es construido de manera social (Smith, 2002).

Deseo analizar ahora, como estos espacios descritos se expanden de manera espacio-temporal y para ellos deseo apropiarme de las ideas de Barbero (2002) donde habla de dos conceptos que son fundamentales a la hora de analizar estos contextos educativos. El primero es el concepto de descentramiento, refiriéndose al hecho de que el libro deja ser el eje del conocimiento, en la idea de ese aprendizaje lineal, secuencial. El otro concepto es la deslocalización como aquella situación donde la “escuela” ya no es ese sitio sagrado y exclusivo para impartir conocimientos. Puedo decir que el conocimiento médico una vez llega al ámbito clínico hospitalario es “des-centrado” y “des-localizado”. De hecho el aprendizaje en este ambiente se da lejos de las aulas escolares, no se da en el espacio físico universitario, no está centrado en los libros de texto. Se aprende con el contacto diario con los pacientes, se solucionan problemas permanentemente, se aprovechan las situaciones que cada caso ofrece para que se conviertan en situaciones de aprendizaje. Es por esto que el aprendizaje en medicina es rico y dinámico. Se puede dar en cualquier momento y lugar, y tiene vigencia en el tiempo. Un caso sucedido hoy se analiza en el tiempo, se le hace seguimiento, se observa el resultado de las decisiones tomadas y a partir de estos se toman otras decisiones. Esto genera cada vez más preguntas que motivan a seguir aprendiendo.

Lo que sí ha cambiado de manera dramática es el acceso a las fuentes de información para resolver los problemas médicos que siempre han existido. Cuando me formé como médico no existía el internet. Debía uno disponer del tiempo para asistir a una biblioteca, buscar en las fichas de las bibliotecas, esperar a que el asistente buscara los artículos. Esa búsqueda podía tardar días o semanas. Algunos tenían el “secreto” para buscar los mejores artículos y no los compartían. Hoy día el acceso a la información es ilimitado, lo que ha traído consecuencias fundamentales. Ya no hay “dueños de la información”. Hoy día la dificultad no es obtener información sino como escoger la que es verdaderamente útil. Salinas (2003) analiza profundamente este fenómeno y nos habla de cómo los que educadores estamos en la obligación de tomar partido ante el impacto de este fenómeno de avalancha de información y su efecto globalizador. Este autor nos muestra la importancia que tenemos los docentes de poder “guiar” a los estudiantes en el uso, selección, utilización y organización de la información y se forme como un ciudadano maduro de la sociedad de la información (Bartolomé, 1996 citado en Salinas, 2003). Pero me pregunto, si en toda esta avalancha de acceso ilimitada a la información los docentes estamos mejor preparados que los estudiantes para enfrentar este reto y si verdaderamente estamos capacitados para guiarlos e ese camino o si será tal vez al contrario. Para esto aprovecho el concepto de Prensky (2001) que habla de cómo los estudiantes, usualmente más jóvenes son “nativos digitales” refiriéndose al hecho que ellos nacieron en la cultura de la tecnología. Para ellos el internet, los computadores, simuladores y demás siempre han formado parte de su entorno, mientras que nosotros los docentes somos “inmigrantes digitales”, es decir no nacimos en esa cultura y nos ha tocado adaptarnos a esa nueva situación. Nos hemos visto abocados a desarrollar las competencias para el uso de estas nuevas tecnologías.

De todo lo anterior partimos al último cuestionamiento y es en que nos aportan todos esos aprendizajes no formales en nuestra práctica profesional. Mi opinión personal al respecto es que todo este acervo de conocimientos a lo cual tenemos acceso hoy día no tendría sentido si no nos permitiese solucionar problemas. Y ahí está mi principal motivación de aprender: solucionar los problemas que enfrento cada día. Algunos de ellos me llaman la atención más que otros, ya sea porque sea un tema que me interese de manera especial o porque me es importante para mejorar un desconocimiento o falencia práctica que tenga. Esos aprendizajes me permiten hacer mejor mi trabajo cada día lo cual a su vez me genera satisfacción cuando lo que aprendo lo puedo aplicar en la vida real. Es lo que en las teorías del constructivismo llaman “desempeños auténticos” (Ordoñez, 2004). Para mí la motivación del aprendizaje debe ser intrínseca, aunque no puedo desconocer que las motivaciones extrínsecas de tipo laboral o social pueden ser a veces muy fuertes. El reto está en cómo hacer que estas motivaciones extrínsecas se vuelvan intrínsecas porque en mi opinión solo cuando uno desea aprender algo lo aprende para siempre.

Después de haber desarrollado unas ideas relacionadas con los cuestionamientos dados por nuestros docentes para guiar este ensayo, no podría terminar este documento sin unas reflexiones personales de lo que he aprendido.

1. El contexto laboral modula las necesidades del aprendizaje “no formal” pero también del aprendizaje “formal”.

2. En medicina existen ricos ambientes de aprendizaje que son el estímulo para el aprendizaje no formal.

3. El aprendizaje siempre tiene motivaciones, que pueden ser extrínsecas cuando se dan por exigencias explícitas como las laborales o académicas o intrínsecas cuando parte de una necesidad propia.

4. Los aprendizajes no formales se dan en diferentes momentos temporo espaciales.

5. Las nuevas tecnologías de la información son una herramienta fundamental para acceder a nuevos conocimientos de manera más rápida y sin límite, pero también pueden ser obstáculo cuando no es bien utilizada. El reto en la educación de aprender a dar un buen uso a esa información ilimitada es crítica.

Creo que este ensayo es solamente parte de todo lo que he comprendido del tema y seguramente se han quedado muchos puntos por tocar, pero al menos creo que es un inicio de un tema que da para no solamente un ensayo sino muchos.

REFERENCIAS

Barbero, J., (2002). La Crisis de las Profesiones en la Sociedad del Conocimiento. Revista Nómadas. 177-191

Ordoñez, C., (2004). Pensar pedagógicamente desde el constructivismo. Revista de Estudios Sociales. Universidad de los Andes. N 19, 7-12

Orozco, G., (2004). De la Enseñanza al Aprendizaje: Desordenamientos Educativo-Comunicativos en los tiempos, escenarios y procesos de conocimiento. Revista Nómadas. 18, 120-127

Prensky, M., (2001). Digital Natives, Digital Inmigrants. On the Horizon, MCB University Press, V 9, N 5



Salinas, J., (2003). Acceso a la información y aprendizaje informal en internet. Comunicar. Revista Científica de Información y Comunicación. N 21, 31-38



Siemens, G., (2004). Conectivismo: Una teoría de aprendizaje para la era digital. Este trabajo está publicado bajo una Licencia Creative Commons 2.5

Smith, B., (1992) What is Collaborative Learning? in Collaborative Learning: A Sourcebook for Higher Education, National Center on Postsecondary Teaching, Learning, and Assessment at Pennsylvania State University

2 comentarios:

  1. Me parece muy clara y concreta la presentación del contexto individual a nivel profesional que realiza Guillermo en su ensayo, y de resaltar la manera como establece relaciones con los diferentes conceptos que hemos venido desarrollando en el curso con cada autor. Hay un aspecto que me quedó sonando, que se hace explícito en el ensayo y es que menciona que más del 90% de los aprendizajes en su contexto profesional son no formales dando la sensación como que se omitiera esa etapa de aprendizaje que cualquier profesional tuvo que haber pasado en la etapa de formación universitaria, donde la situación es casi a la inversa y se da en su mayoría un aprendizaje formal. Es algo que puede no ser relevante, dado que el tiempo y contexto en que se desarrolla el ensayo es en las condiciones actuales del desarrollo de las actividades como profesional de la salud, pero justamente ese 90 % que se menciona deriva del esquema educativo donde primero se vive una etapa de aprendizaje formal y luego se pasa a uno no formal , a través del ejercicio de la práctica profesional , donde aún en esta última en la rama de la medicina los médicos en su labor diaria interactúan con estudiantes, como parte del ritual que exige la academia y que hace parte de la institucionalidad en el aprendizaje que hace parte del sector de la salud.
    A nivel de forma, solo una observación, asociada a la utilización de la palabra SÍ, donde en algunas partes la utiliza como afirmación (en cuyo caso debe llevar tilde) y en otras como condicional, pero al no hacer uso de la tilde fue necesario releer la frase para entender el verdadero significado de la oración.

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  2. Agradezco inmensamente a Jorge sus valiosos comentarios. Como comentamos en la última clase, el conocimiento que adquirimos en la universidad yo lo asimilo a los pies con los que caminamos, pero lo que aprendemos después es el destino a los cuales nos llevan esos pies que tenemos. Luz Adriana nos contaba que un autor lo asimilaba a un bus y una bicicleta. Para mi los conocimientos adquiridos en la universidad ya fuese el pregrado o el post grado, me ha permitido tener las herramientas básicas que me permiten construir a partir de esas bases, todo lo que he aprendido después. La medicina es un campo complejo, donde la resolución de nuevos y variados problemas es pan de cada día. Le doy tanto énfasis al aprendizaje no formal, porque estoy convencido que si me hubiese quedado con lo que aprendí en la universidad en este momento no sabría nada. La medicina es extremadamente cambiante. Nada más para que te lleves una idea. El 50% o más de las técnicas quirúrgicas que aprendí en mi especialidad hace 8 años, o ya no se hacen, o ya son obsoletas, o ya se realizan de otra forma, o se hacen con instrumentales diferentes. No te imaginas lo difícil que es para mi (no sé si lleva tilde o no) poder estar actualizado. Tengo que estar leyendo todo el tiempo para mantenerme "aceptablemente actualizado".
    Una capacidad que he desarrollado en esta maestría es la humildad de saber que debo aprender permanentemente y de poder orientar mis necesidades de aprendizaje. Creo Jorge, que precisamente es un error considerar que lo que se aprende de manera formal pueda ser un porcentaje fundamental de lo que aprendes en la vida. Posiblemete así era hace varias décadas cuando el conocimiento cambiaba lentamente. Ahora el conocimiento cambia en días o a veces minutos.
    Por otra parte, te agradezco los comentarios de forma que me haces, sabes, a veces confundo esas tildes, debo repasar ese tema y gracias por hacerlo evidente para poder corregirlo.
    En verdad agradezco todas tus observaciones porque creo que enriquecen el ejercicio. Ojalá hicieramos esto mas seguido

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